El clima frío en la piel del bebé puede hacer que se seque e inflame, lo que a menudo provoca mejillas y manos ásperas y enrojecidas, lo que irritará y causará molestias.
Además, como las bocas de los bebés a menudo están cubiertas de saliva, también pueden tener los labios agrietados (porque la saliva rompe la capa superior de la piel).
Y, aunque nuestro instinto es arroparlos y calentarlos, esto puede empeorar las cosas.
Abrigarlos en el invierno, pero no demasiado
"Sacamos a Eva de casa por primera vez cuando tenía 10 días de edad, y como era enero, estaba nerviosa de que estuviera afuera cuando hacía tanto frío"", dice Rosa. “Estábamos entrando y saliendo de las tiendas y ella comenzó a gritar, así que la llevé a un café para darle de comer y, cuando la desnudé, me di cuenta de que estaba sudando. Ahora miro hacia atrás y obviamente sé que no fue gran cosa, ¡pero en ese momento me sentí terrible de haberla hecho sentir tan incómoda!"
Los bebés pueden sobrecalentarse fácilmente, lo que no solo es incómodo sino que en realidad empeora la piel seca y otras afecciones de la piel del bebé.
Cómo protegerlos de los elementos sin sobrecalentarlos
Vestir a los bebés con capas delgadas y transpirables es un buen comienzo. El algodón es mucho más transpirable que, por ejemplo, la lana, el nylon y el poliéster, y optar por cosas como mallas finas en lugar de jeans.
Este método no solo permite que entre más aire a la piel, sino que también significa que puedes cambiar su atuendo con facilidad dependiendo de la temperatura. Por ejemplo, si te diriges al supermercado, simplemente puedes quitar una capa para asegurarte de que no se sobrecaliente.
Siempre asegúrate de que tu bebé también use un gorro y posiblemente guantes, pero verifica regularmente que esas áreas no se sientan demasiado calientitas.
Rutina de cuidado de la piel
Mantener a tu bebé bien humectado e hidratado es clave para evitar afecciones de la piel. Usa un humectante no perfumado con regularidad (también puede encontrar bálsamos labiales especiales para bebés) y báñalos con menos frecuencia, demasiada agua puede despojar a la piel de sus aceites naturales, haciendo que se seque más.
Esto puede sonar un poco preocupante: ¿cómo podemos mantenerlos limpios si bañarlos demasiado es un no-no?
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Todo lo que queda por hacer ahora es agarrar tu abrigo, ponerte la bufanda y comenzar a construir ese muñeco de nieve.