Los especialistas indican que cuando se anuncia a un niño la futura llegada de un hermanito, pueden reaccionar con reclamos o irritabilidad, debido a la ansiedad que les produce la noticia. Estas conductas no se deben confundir con rechazo al nuevo integrante, sino que es temor a lo desconocido. Hay que entender que los pequeños no saben cómo ni por qué nacen los bebés, y el misterio puede ser abrumador.
Incluir a los hermanos mayores en los preparativos para el recibimiento de un nuevo bebé es la mejor táctica para hacerles sentir parte del núcleo familiar y del proceso de espera. Es necesario mantenerlos al tanto de la llegada del nuevo bebé para ayudarlos a aceptar mejor esa realidad.
Aquí te entregamos una pequeña guía para manejar la llegada de un nuevo integrante a la familia:
Posibles reacciones
Todos los niños son distintos, y cada uno se expresa en su propio estilo. Algunos pueden tomar distancia y mostrarse indiferentes, otros serán muy curiosos y harán muchas preguntas. Quizás ciertos niños podrían comportarse un poco hostiles y otros experimentarán ciertas "regresiones" en su desarrollo (volverán a pedir biberón, querrán dormir con los padres o se orinarán en la ropa más seguido).
Las opciones de reacciones son infinitas. Los padres deberán captar cuales son las vías de expresión que está usando el pequeño al enfrentarse con la incertidumbre de un nuevo bebé. Así podrán ayudarles a canalizar su ansiedad y apoyarlos en el proceso.
La ansiedad que sienten son inquietudes que se basan en si se mantendrá la disponibilidad y amor por parte de sus padres, si el nuevo integrante ocupará su lugar en la familia, etc. Pueden sentir emociones intensas y que quizás no puedan controlar.
Estas reacciones son comunes. Sin embargo, hay ciertos casos en los que puede ser necesario acudir a un especialista para guiar la situación. Algunas señales de que este sea el caso, son las siguientes:
Alta intensidad y peligrosidad del comportamiento.
Larga duración y magnitud de las reacciones.
Decaimiento.
Dificultades persistentes de dormir y/o comer.
Apatía y desinterés persistente.
Casi nulo control del esfínter.
Querer que la mamá haga todo con él y rechazar al padre, o viceversa.
Molestar al nuevo bebé, quitarle el chupete o decirle palabras feas.
Las conductas aisladas no son signos de preocupación en sí, más bien son las delarga intensidad, duración y frecuencia. Las reacciones más intensas son mayores en los períodos iniciales, donde la dependencia del recién nacido es máxima con los padres.
Cómo ayudar
Nunca renegar o ridiculizar sus reacciones, ni tampoco idealizar la llegada del bebé. Intenta mantener la rutina del mayor lo más posible, especialmente dentro de los primeras semanas desde el nacimiento. ¡Paciencia! Pronto se acostumbrará.
Algunosconsejos para lidiar con las posibles reacciones del mayor:
Manifestar directamente la incondicionalidad.
Programar momentos deexclusividad.
Incorporar al hermano mayor como colaborador de la crianza.
Incentivar la convivencia con otros niños y dejarlo interactuar con el hermano.
Poner límitestemporales a sus ansiedades.
Establecer espacios y momentos diferenciados para sus hijos y turnarse.
No ignorar ni negar sus sentimientos: detrás de las reacciones existen dudas válidas sobre la incondicionalidad de sus padres. Escúchalo y dale mucho cariño.
Explicarle los cambios que se avecinan: cambio de habitación, madre en la casa o que alguien más lo llevará al jardín, por ejemplo.
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