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¿cómo dividir las tareas familiares entre la pareja y evitar discusiones?

11/05/2020

Equilibrar las distintas labores y responsabilidades cuando te conviertes en padre no es fácil. En gran parte porque la carga es bastante grande: tareas domésticas, facturas, trabajos, cuidado de niños, cocinar, entre otros. ¿Cómo ser padres y pareja a la vez?

Definitivamente, las representaciones idealizadas sobre la crianza de los hijos a las que nos exponen las redes sociales y medios publicitarios puede hacernos sentir que somos los únicos discutiendo sobre quién es el responsable de sacar la basura mientras que todos los demás padres están haciendo historias en #Instagram.

Encontrarse en el medio

"Mi esposo Mariano y yo nos mudamos de un apartamento de una habitación a una casa de tres habitaciones unos meses antes de que naciera nuestro bebé y esa transición doble fue realmente muy difícil", dice Laura, madre de Elena de 3 años "¡Sinceramente, creo que Elena tenía alrededor de 18 meses cuando resolvimos cómo cuidar la casa y la niña sin discutir!”

"Hubo muchas discusiones en el primer año porque sentí que Mariano no colaboraba y parecía suponer que, porque yo estaba en casa con la bebé, tenía que ocuparme también de las tareas domésticas. Cuando estás en casa con un nuevo bebé, incluso lavar la ropa es una tarea monumental, así que cuando él venía a casa y dejaba un plato sin lavar me molestaba mucho. Además, pasas mucho tiempo básicamente incapacitada: amamantando y demás. Mariano lo notó y cuando comenzó a preguntarme en qué podía ayudarme al regresar del trabajo, lo aprecié mucho",cuenta Laura.

"Cuando volví al trabajo, las cosas se nivelaron un poco y ahora nos acostumbrado a nuestras labores sin siquiera darnos cuenta. Acuesto a Elena mientras él cocina, lavo mientras él saca al perro, etc. Al final, lo logramos".

Decidir quién hace qué

"Mi pareja y yo manejamos nuestros propios negocios y ambos trabajamos cuatro días a la semana", dice Juan, papá de Julio de 18 meses. "Tan pronto como supimos que íbamos a ser padres, insistí en que nos sentáramos a hablar sobre quién haría qué. A todos les gustaría pensar que algo tan trivial como el trabajo doméstico nunca sería un gran problema para su relación, pero en realidad, he visto muchas parejas que realmente han luchado por hacer esto bien y puede causar mucha tensión".

"Honestamente, para nosotros no fue demasiado difícil lograr un acuerdo ya que cada uno de nosotros teníamos algo que hacer (no me importa cocinar, mientras que Clara está feliz de lavar la ropa). Aunque puede parecer muy sencillo, ¡Es algo que realmente funcionó para nosotros!"

No estás solo…

A veces es posible compartir completamente la carga de trabajo con una licencia compartida

"Mi esposo y yo tuvimos la suerte de poder compartir la licencia de paternidad. Yo fui la cuidadora principal durante los primeros seis meses y Gustavo lo fue durante los siguientes tres", dice Alicia, madre de Mariana de dos años. "Trabajo desde casa, así que pensé que sería perfecto ya que cuando Gustavo se hizo cargo yo todavía estaría dando el pecho y viendo a Mariana cuando quisiera".

"Resultó ser mucho más difícil de lo que esperaba. Gustavo no dejaba de pedirme ayuda con cosas como cargar el auto o simplemente cuidar a Mariana mientras él se duchaba y me sentí realmente resentida porque yo no tuve ese apoyo en los primeros seis meses".

"Pero también estuve dándole muchos consejos a Gustavo que, en retrospectiva, probablemente eran injustos para él. Como resultado, creo que sintió que estaba siendo monitoreado en cómo estaba cuidando a Mariana, lo que lo hizo sentir menos confiado y dudar de sí mismo".

"Sin embargo, definitivamente lo volvería a hacer y recomendaría el permiso parental compartido a otros. El poder lograr que Gustavo comprendiera completamente las realidades de estar en casa con la bebé ha sido invaluable, sin mencionar que estoy segura de que como resultado se ha desarrollado un importante vínculo entre padre e hija. Pero, por supuesto, creo que no importa quién se vaya o cuánto tiempo estén fuera del trabajo, cuidar a un bebé durante los primeros meses siempre cambia la vida, trayendo desafíos y momentos que reafirman”, concluye Alicia.

Equilibrar bebé y trabajo no es fácil

"Cuando volví a trabajar después de la licencia de maternidad, honestamente me sentí como la única madre del mundo que todavía estaba trabajando cinco días a la semana. Pero, en mi caso no era económicamente viable trabajar a tiempo parcial", dice Lucía, mamá de Leo de tres años.

“Al principio fue realmente horrible, me sentía culpable todo el tiempo. Mi cabeza no estaba en mi trabajo y solo pensaba en salir corriendo a casa para ver a Leo lo más rápido posible. Sentía que no estaba haciendo muy bien el trabajo, ni el de la crianza ni mi empleo remunerado. Pero las cosas mejoraron poco tiempo después. Leo ama la guardería, lo cual es de gran ayuda, y una vez que volví al trabajo recuperé mi confianza y dejé de preocuparme por mi rendimiento todo el tiempo"

"Todavía estoy trabajando a tiempo completo, pero he negociado un poco de flexibilidad para que mis horas encajen más con Leo. Además, estoy esperando a mi segundo hijo en unos meses, así que estoy deseando volver a estar en casa con la familia", cuenta Lucía.

Independientemente de lo que tu y tu pareja hayan acordado, habrán altibajos antes de que se adapten a su ritmo. Solo recuerda: no importa cuán poco convencional parezca tu método, lo que funcione mejor para tu familia siempre es la mejor opción.

Crianza competitiva: no estás en oposición

"Estaba escuchando la radio un día cuando Sofi era una bebé y se mencionó el término 'crianza competitiva'. No lo había escuchado antes, pero fue un momento total de iluminación", dice Javier, papá de Sofi.

“Mi esposa, Cristina y yo realmente habíamos tratado desde el primer día de ser equitativos a la hora de criar a Sofi. Pero, debido a que teníamos diferentes prioridades y enfoques, parecía que estábamos compitiendo todo el tiempo. La queja de Cristina era que cuando yo estaba a cargo de la bebé, no me mantenía al tanto de las cosas de la casa, lo cual era injusto para ella. Pero, por el otro lado, yo sentía que sus críticas eran duras dado que cuando ella estaba sola con la bebé yo nunca la presioné para que hiciera algo más y, en realidad, a menudo le preguntaba cómo estaba, si podía ayudarla, etc.", cuenta Javier.

"Llegamos al punto en que ambos terminamos haciendo una lista de todo lo que habíamos hecho. Yo señalaba que había lavado, mientras ella me contaba cuántas veces había estado alimentando durante la noche y así sucesivamente. Una vez que reconocimos estas acciones como 'competitividad', fue una ayuda enorme. Acordamos centrarnos más en lo bueno en lugar de las oportunidades de mejora de otro. Si bien no hay una 'solución milagrosa' cuando se trata de relaciones, diría que esto realmente nos ha hecho sentir mucho más como un equipo".

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