Prepararse juntos
"Si no hubiera asistido a clases prenatales con mi novia, estoy bastante seguro de que habría estado en estado de shock durante el parto", dice Carlos, padre de Amanda de 6 meses. "La partera se sorprendió de que yo también fuera a todos los chequeos, pero yo creo que no es el deber de la madre explicar todo lo que está sucediendo, o qué significan 'contracciones' o 'dilatación'. La pareja también debe de estar informada para poder ayudar", reflexiona Carlos.
No esperes a que la madre te tenga que explicar y enseñar sobre el embarazo y lo que será el parto. Acude a todas las instancias de aprendizaje, como controles o clases para padres, y haz todas las dudas que tengas al experto. Así podrás presentarte más preparado al minuto del parto.
Comuníquense entre sí
"Es crucial entender lo que tu pareja quiere o necesita de ti", dice Alberto, padre de Luis de 1 año. "Mi esposa tenía mucho dolor y luego de recibir medicamentos, lo principal que quería de mí era que la mantuviese al tanto sobre lo que sucedía cada vez que venía un nuevo médico o había algún tipo de actualización sobre el progreso de nuestro bebé. Por lo tanto, mi consejo es escuchar todo lo que está sucediendo y preguntarle a la mamá qué quiere que hagas durante el parto".
Pidan ayuda
"Conozco a algunos padres que no querían una tercera persona en la habitación de parto", dice David, papá de José de 5 y Daniela de 1 año. "Pero mi esposa me preguntó si me importaría que su madre estuviera allí y, según mi experiencia, en realidadhizo las cosas más fáciles. Cada vez que necesitábamos algo, Paula se encargaba para que yo no me perdiera nada del nacimiento. El parto tardó dos días desde el principio hasta el final y creo que si hubiera sido el único compañero de parto, podría no haber tenido la energía para dar tanto apoyo como finalmente lo hice".
Esperemos que eso te haya ayudado a asegurarte de que hay muchas formas en las que serás invaluable durante esta experiencia épica. En una última instancia: cree en ti mismo, apóyense el uno para el otro y nunca subestimes hasta dónde puedes llegar: ¡Lo estás haciendo tan bien!