En los primeros meses de vida del recién nacido, los padres suelen decidir dormir con el bebé en la misma habitación. Es una práctica que suele mantenerse hasta los 8 meses de edad, cuando el bebé empieza a dormir en su propia habitación.
Esto tiene que ver con factores prácticos y de seguridad:
Permite mejor vigilancia del bienestar del bebé.
Mayor rapidez de asistencia si el bebé se despierta.
Mayor comodidad para la madre a la hora de tener que amamantar.
Desde el cuarto mes de vida, aproximadamente, el bebé ya puede dormir en su propia habitación. Muchas veces, esta transición puede significar semanas de insomnio intenso hasta que finalmente se adapta.
Como todo en el mundo del bebé, no hay una edad ni momento exacto. Escucha y observa a tu hijo, y no apures los procesos si crees que aún no está listo.
Colecho
El colecho puede referirse a que el bebé duerma en la cama de sus padres, o a que duerma en una cuna o moisés al lado de la cama de los padres. Ambas opciones tienen validez y es importante que lo que elijas, lo hagas de manera informada y consultando a su pediatra.
Misma cama
Dormir con el bebé o niño en la misma cama es una práctica que tiene defensores y detractores. Como todo en el mundo del bebé, es importante que cada familia decida lo que le hace más sentido para su propio bebé.
Por un lado, una gran ventaja es que la madre puede asistir inmediatamente al bebé si este necesita ser mudado o alimentado. La sensación de seguridad y cercanía que siente el bebé le podría hacer llorar menos y dormir mejor.
Además, sabemos los infinitos beneficios que tiene para el bebé el contacto piel con piel, que también les ayuda a regular mejor su temperatura corporal.
Sin embargo, en cuanto a aspectos de seguridad, existen riesgos de aplastar al bebé mientras duerme. Además, la ropa de cama que requiere un bebé es distinta a la que usa un adulto, por lo que podrían haber mayores riesgos de asfixia.
Si un padre del bebé es obeso, alcohólico o fumador, no se recomienda dormir en la misma cama con el bebé.
Mini-cuna conjunta
Una excelente alternativa para evitar los riesgos de seguridad del bebé durmiendo en la cama de los padres y darle más comodidad, pero sin quitar la cercanía física, es instalar un moisés o mini-cuna justo al lado de la cama de sus cuidadores.
Estas mini-cunas suelen tener uno de sus lados abiertos para unirla a la cama en el lado que duerme su madre, generalmente. Así duerme de modo seguro pero al lado de su mamá, por si necesita ser alimentado o consolado.
Esta opción suele ser la más recomendada por expertos, pues elimina los posibles riesgos que conlleva dormir en la misma cama, pero mantiene la cercanía física y aspectos prácticos de dormir juntos.
Una vez que el bebé duerme toda la noche sin despertarse, puedes instalar su cuna en una habitación contigua para que empiece a dormir solo. Esto suele ser alrededor de los 8-9 meses de vida
Tips para alivianar el proceso
El cambiono puede realizarse de un minuto a otro sin siquiera conversarlo con el pequeño. Debe haber una preparación previa y realizar ciertos pasos de manera gradual.
Algunos tips que pueden ayudar:
Se puede preparar con tiempo su habitación, involucrarlo en la decoracióny elección de ciertos aspectos, para que se entusiasme con laidea de tener un espacio propio.
En esta habitación se permite realizar ciertas cosas que no puede hacer en la de los padres: meter juguetes a la cama o saltar encima, por ejemplo.
Evitar la oscuridad total: deja la puerta semi-abierta para que entre un poco de luz del pasillo o usa una lamparita nocturna. Esto lo hará familiarizarse con la oscuridad de su nuevo espacio.
Se constante con la rutina y hábitos de sueño: lavarse los dientes y leer un cuento, por ejemplo, siempre a la misma hora y de manera similar. De a poco se irá acomodando a estas nuevas prácticas.
Si se despierta en la mitad de la noche, acompáñalo hasta que se tranquilice.
No realizar la transición si hay otros cambios en su vida (llegada de un hermanito, mudanza, reincorporación al trabajo, etc).
Consejos de seguridad
Tanto como si lo acuestas en un moisés al lado de tu cama como en una cuna en su propia habitación, aquí algunas medidas de seguridad y consejos de comodidad que pueden ayudarlo a tener un sueño seguro:
Boca arriba
Los expertos indican que la posición más segura para dormir es boca arriba, es decir, apoyado en su espalda. A pesar de que hay personas que creen que esta posición es peligrosa debido a la posibilidad de atragantamiento, se ha comprobado que no hay mayor riesgo de que eso suceda.
Superficie firme
El colchón en donde acuestes al bebé debe ser firme. Los excesivamente blandos son peligrosos ya que el bebé puede quedar atrapado entre los pliegues. Evitar los colchones de agua o acostarlo en un sofá, por la misma razón.
Es importante que no quede ningún espacio entre el colchón y la pared o los barrotes de la cuna, para que no haya riesgo de que el bebé se quede atrapado en ese espacio.
Evitar la almohada
No se recomienda que el bebé use almohada hasta por lo menos los dos años de edad. No es necesario para ellos y además puede forzar la curvatura de su cuello.
Cuna segura
Las cunas apropiadas deben seguir una serie de normativas de seguridad que debes saber antes de comprar una:
Separación entre barrotes: entre 4,5 y 6 centímetros.
Altura de los barrotes: altura mínima por dentro es 30 cm y el máximo 60 cm.
Barniz o pintura apto para bebés. No debe contener plomo, recuerda que a los bebés les gusta llevarse todo a la boca.
Largo de la cuna: 20 cm más que el tamaño del bebé.
Nada extra
Cuando acuestes al bebé en su cuna, asegúrate de que no haya ningún ítem innecesario: juguete, colcha extra, monitor, almohada, manta, ropa... nada de esto debería estar dentro de la cuna. Solo es necesario una sábana que esté firme puesta sobre el colchón.
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