Según los especialistas, tener un hijo hiperactivo requiere ciertos hábitos y prácticas en el hogar distintas a otros niños. Esto para ayudarlos a mantener una vida estable y a entregarles ciertas herramientas para que desarrollen su autonomía y manejen de mejor manera su comportamiento.
Se debe diferenciar a un niño con personalidad y conducta hiperactiva, con un niño con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Este último debe ser diagnosticado por un médico y requiere un tratamiento especial. Veamos los síntomas del TDAH y, luego, consejos para los padres con hijos hiperactivos.
Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)
La hiperactividad es un movimiento continuo y superior a lo esperado. Esta característica, sumado a una falta de atención grave e impulsividad, son síntomas del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad o TDAH. Este es una patología crónica, que se puede diagnosticar y tratar, y que afecta a muchos niños, con consecuencias como fracaso escolar y problemas sociales.
Todos los niños pueden tener etapas o momentos en que se comportan de esta manera. Es importante entender que el TDAH es una afección que debe ser diagnosticada por un especialista.
Los niños con TDAH presentan síntomas como los siguientes:
Inquietud, incapacidad para quedarse quietos por un tiempo extendido.
Aislado socialmente o con baja autoestima por no lograr lo mismo que sus pares.
Actúa sin pensar.
Falta de concentración.
Parece distraído o poco presente.
Recomendaciones para los padres
Los padres con hijos hiperactivos o niños muy energéticos e intensos deben entender que su cerebro funciona de manera diferente. Hay una serie de técnicas conductuales que podrían ser de gran ayuda para toda la familia, especialmente para el niño.
El objetivo es fomentar el desarrollo de un niño hiperactivo, ayudarlos a comprender que sus acciones tienen consecuencias y enseñarles a controlar sus impulsos. Primero que nada se debe establecer qué comportamientos serán tolerados y cuáles no: dejarle claro al niño, establecer normas simples y metas claras. Es muy importante ser constante con lo establecido, sin ser demasiado estrictos.
Algunas de las recomendaciones para los padres son las siguientes:
Alentar y reforzar los logros, esfuerzo y comportamiento positivo del niño. Por otro lado, se deben evitar los castigos y recompensas debido a un mal comportamiento.
Crear una rutina que tenga horarios establecidos en cuanto a la alimentación, sueño, tiempo de recreación, actividad física, estudio y tareas, juego, momento familiar, etc.
Limita el tiempo frente a la pantalla, pues mucho tiempo aumenta la impulsividad y no hace que el niño libere energía.
Fomenta el ejercicio físico: el niño estará enfocado y concentrado en seguir los ejercicios o la actividad que esté realizando, además de ayudarlo a quemar el exceso de energía de manera saludable.
Es muy importante fomentar y ayudarlos a que tengan buenos patrones de sueño. La falta de sueño exacerba la hiperactividad y falta de atención.
Cálmate: no puedes ayudar a tu hijo o decirles que se calme, si tu no estás calmado. Ordena tus pensamientos y date unos minutos si es necesario, él también lo hará y quizás ambos necesiten un tiempo.
Asegúrate que entendió bien lo que le dices, si es necesario, pídele que lo repita en voz alta. Da una instrucción a la vez.
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