Muchas de nosotras las mamás nos alimentamos mal. Una razón de esto es que tenemos malas creencias sobre lo que implica "alimentarse bien". Una muy común es que para comer bien se necesitan muchas cosas especiales: yo también pensé eso y lo usé como excusa muchas veces antes de comenzar mi camino de la alimentación saludable. Lo repetía como un mantra para no dar el paso, para no cambiar, para no enfrentar los miedos que tenía de mí misma y, sobre todo, porque pensaba que no era capaz.
Cuando decidí dar el paso y comenzar este camino de alimentación saludable, no fue fácil; no tanto por el cambio en sí, sino porque tuve que desaprender para aprender. Tuve que dejar atrás mi desanimo de verme y sentirme en un cuerpo que no me acompañaba, mis creencias limitantes y las excusas diarias para no dar el paso.
Dentro de las limitantes que me ponía y que suelo escuchar en otras personas son: "Para comer saludable necesito mucho tiempo", "es más caro", "se necesitanmuchos implementosy máquinas especiales para cocinar" o "para cocinar esa receta mega-especial recomendada por tal influencernecesito polvo de unicornio y sal de Marte porque tiene menos sodio...".
Pero...¿te cuento un secreto? Lo único que necesitas es empezar desde el interior, creer en ti sobre todas las cosas. No necesitas implementos especiales, ingredientes caros ni raros, ni muchas horas en la cocina. No necesitas todo eso que piensas que necesitas. ¡Lo que debes hacer es comenzar!, dar el primer paso, ponerte una pequeña gran meta diaria y, sobre todo, creer en ti.
Maximizar el tiempo y los recursos que tenemos en la casa es la clave: quizás nunca se te pasaría por la cabeza que una papa podría transformarse en una rica y elegante trufa dulce, o legumbres la base de unas deliciosas galletas.
Te invito a imaginar, ahí está todo. Deja las per-concepciones de lo que ya conoces para entrar a un mundo sin fin, ese mundo que alimenta tu cuerpo y tu corazón. Y como consecuencia de eso que haya en el interior...¡te verás y sentirás mejor!
Sé muy bien que al ser madres, todo cambia. Cambiamos nosotras, nuestras prioridades, etc. Pero, con mayor razón aún, si quieres dar el paso, lánzate, cree en tí... Tu eres la única capaz de cambiar tus hábitos, la única que te permitirá alcanzar tus metas.
Y, sobre todo, ten presente quetu eres la única capaz de diseñar cómo quieres vivir el resto de tu vida.
Receta: (no) tartaleta
Si quieren cocinar algo delicioso, dulce y fácil, un postre frutal para toda la familia, te presento mi receta de mi "not-tartaleta". Haz click aquí si quieres ver fotos del proceso.
Para la masa:
Una taza de avena o harina de avena.
Media taza de harina.
Media cucharadita de polvos de hornear.
Una cucharadita de aceite de oliva.
Un poco más de 1/4 taza de agua tibia.
Para el relleno:
1 platano.
6 dátiles en remojo.
1 manzana grande o 2 pequeñas.
1 cucharadita de fécula de maíz.
1 cucharada de cacao en polvo (si el niño es mayor a 12 meses).
Media taza de avena o harina de avena.
1 cucharada de aceite de coco.
Para la masa simplemente juntar la avena con la harina y los polvos, agregar el aceite y el agua, ya amasar hasta que quede homogénea y un poco pegajosa (en el horno se seca, para amasar espolvorea un poco de harina en manos y mesa). Poner en el molde y llevar al horno por 10 minutos a 180º.
Una vez que la masa está semi cocida, comenzamos con el relleno. Para la primera capa moler el plátano, agregar el cacao y la cucharada de fécula, y agregar un poco de agua del remojo de los dátiles.
Poner esta pasta sobre la masa, luego cortar las manzanas en rodajas más o menos del mismo porte y poner sobre el betún de plátano. Moler los dátiles en el agua que queda con un tenedor. Agregar aceite de coco (derretir un poco si es necesario), poner el coco y la avena, y revolver con las manos.
Deben quedar como migas mojadas. Agregar sobre las manzanas de manera uniforme y llevar nuevamente todo al horno por aproximadamente 20 minutos, o hasta que las manzanas estén muy blandas.
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